Dialogando sobre AACC. Parte II: visibilización y discurso

Siguiendo con el diálogo de la semana pasada con Paloma Merello (@paloma_merello) sobre atención educativa en todos los niveles, integración de la identificación en un adulto y diferencias cognitivas (leer AQUÍ) en esta entrada reflexionamos sobre la visibilización y una de sus herramientas más potentes o peligrosas, el discurso.

JOSÉ L.- Recientemente has comenzado a dar visibilidad a esto en tu cuenta de Instagram @paloma_merello. ¿Cómo estás viviendo esta “salida del armario” con todas las de la ley? Este es un punto crucial del proceso de integración, la exposición pública. Los que llevamos años saliendo y hablando de esto con naturalidad hemos perdido un poco el apuro y también hemos disipado las dudas de cómo impactará a los demás. Creo que es fundamental tratar todo esto del modo más sencillo y humilde que se pueda, ya que no estamos hablando de algo que tenga que ocultarse pero tampoco de algo por lo que uno deba enorgullecerse. Me interesa saber cómo lo vives. Estás en el inicio de ese proceso y seguro que te surgen muchas dudas mientras vas caminando por este nuevo sendero.

PALOMA M.- Tengo sentimientos encontrados, no lo voy a negar. Lo cierto es que yo tengo mi trabajo, mi ocupación, y decidir exponer públicamente la temática y mi relación con ella no era una decisión vinculada con el ejercicio de mi profesión. Cuando me zambullí completamente de nuevas en el mundo de las altas capacidades encontré cierto desorden en el discurso y matices que no terminaban de encajar conmigo. Así que cuando terminé de asentar la mayor parte de intuiciones que tenía me decidí a aportar mi visión en un espacio abierto, donde poder hablar un poquito, aunque brevemente puesto que es una cuenta de Instagram, sobre los temas que había echado en falta y que me apetece acercar con cierta frescura pero mucho rigor. En gran medida faltan ejemplos reales. A veces yo doy el mío, pero no sin que me dé cierto reparo y vergüenza. Siempre he tratado de ser una persona discreta.

JL.- Sé que en esta charla te surgen dudas de qué exponer y cómo hacerlo. Son procesos de exteriorización con un difícil encaje personal. Cuando salí súbitamente del armario, obligado por las circunstancias de tener que presidir una asociación de familias en mi provincia, se me caía el mundo encima. Como soy bastante reservado también, los primeros meses fueron muy complicados hasta que poco a poco me fui relajando y cogiendo algo de distancia emocional. Pensaba en el bien mayor de ayudar a desmitificar esto que en el menor de no perjudicarme con esta exposición. Al final, cuando lo tratas de un modo natural, casi todo el mundo lo agradece. Te conviertes en un ejemplo de normalidad que permea en los demás. Algo que lógicamente tú no lo tienes claro pero que en base a las múltiples muestras de cariño y respeto que recibes lo vas integrando. Pero claro, en tu caso concreto no te has visto “empujada” por algo externo como puede ser tener que representar a un colectivo. Es una decisión personal, meditada, que se mueve en un contexto diferente, el de esta red social de Instagram donde hay que ser necesariamente sintético. Sin embargo, tienes la habilidad de serlo sin perder la solidez argumental de tus contenidos y animando a otros a reflexionar sobre determinadas cuestiones que suelen pasarse por alto. Así que te felicito por la valentía de afrontarlo sin red. No tienes referencias cercanas que te puedan ayudar a calibrar el camino que acabas de emprender. ¿Tienes más o menos claro el camino a partir de ahora, aunque sea a trazo grueso, o piensas que es mejor experimentar y ver por dónde seguir avanzando? Cuéntanos un poco tu idea.

PM.- No, no del todo. Como decía antes, yo tengo mi vida profesional enfocada y aunque he integrado la temática de las AACC dentro de mis líneas de investigación y trabajo, no cuento entre mis motivaciones con la de convertir mis redes sociales en mi medio de vida. De momento avanzo poco a poco. Publicando lo que me gusta. Eso no excluye por supuesto colaboraciones, participación en foros de debate etc, porque de hecho lo considero como parte de la transferencia del conocimiento y su impacto en la sociedad que, para quién no lo sepa, es otro de los pilares de las funciones de los profesores universitarios.

JL.- Es un buen matiz. No vas a convertir tus redes en un medio de vida, solo las usarás para transferir conocimiento a la sociedad, ya sea de modo directo o mediante colaboraciones. Por lo que contabas al inicio, tu labor principal en este ámbito se enfocará en la atención educativa en general y en el apoyo al alumnado universitario en particular. Aunque dejes huecos a otros proyectos relacionados con este colectivo que también te motiven.

Ahora me gustaría adentrarme en un asunto a veces espinoso de tratar.

A veces compruebo en diversos espacios virtuales y reales la predominancia de un discurso que tiende a la patologización o al dramatismo. Me llama mucho la atención porque mi forma de vivir esta realidad dista muchísimo de esta visión catastrófica. Creo que es posible otra forma de ver lo mismo sin enfocarse tanto en los problemas. Con otras palabras, se puede ver todo el cuadro, las ventajas e inconvenientes, y no describir solo las segundas como si todo el lienzo se impregnara de tragedia. Una visión equilibrada creo que aporta más, no solo a uno mismo sino también a los demás. Si pretendemos que la sociedad entienda el fenómeno, no es buena idea sesgarlo y dirigirse solo hacia unos aspectos. Básicamente porque los que no están metidos en este asunto no van a entender muy bien cómo uno puede quejarse de tener ciertas características cognitivas que, en principio, no te dan desventaja respecto a los demás en ningún sentido relevante. Quiero saber tu opinión al respecto.

PM.- Precisamente ese es mi punto de vista y, en gran medida, mi motivación para generar contenido. Cuando me planteé la posibilidad de tener AACC mi freno principal eran todos los mitos y estereotipos que tenía fuertemente anclados. No daba ese perfil. Pero entonces me puse a leer y me encontré con los nuevos: sobreexcitabilidades, intensidad, problemas emocionales, y un largo etc. Tampoco daba ese perfil. Y el problema es precisamente ese, querer describir perfiles encorsetados a los que nadie se ajusta a la perfección. Dejándonos fuera además, casi siempre, la parte nuclear: la capacidad intelectual. Los seres humanos somos diversos y complejos, y toda esa heterogeneidad se da confluencia en diferentes entornos culturales y enfrentándose cada uno a sus propias experiencias vitales. ¿Cómo vamos a encajar en clasificaciones cerradas?¿Me vais a decir que nadie más tiene dificultades en este mundo y que el punto de partida de las personas con AACC es la debilidad y la sobresaturación de estímulos? Pues no lo compro, lo siento. Y no niego las dificultades de ciertas familias, ni estoy empequeñeciendo la necesidad de atención educativa, de lucha… pero creo firmemente que cualquier enfoque proactivo que visualice y señale de forma objetiva las zonas de mejora y cuáles son las fortalezas para afrontarlas funcionaría mucho mejor.

JL.- Esa es una de las claves principales, tener un enfoque proactivo. Sé que es un asunto algo técnico, pero en la asociación me funcionó bastante bien realizar un análisis DAFO de la realidad. Una cosa es hablar de uno mismo en clave personal, y otra muy distinta articular un discurso para difundir el fenómeno. Necesariamente has de salir de tu ombligo y mirar de un modo amplio todo el paisaje que logres alcanzar, por ti mismo o apoyado por fuentes solventes que también sostengan visiones de conjunto. Si no conoces las debilidades (D) y fortalezas (F) internas, difícilmente podrás mejorar las primeras y desarrollar las segundas. Conocer nuestro mundo interior es el primer nivel. El segundo, conocer otros mundos interiores para comprobar otras realidades internas. Desde ahí, no caer en la tentación de generalizar patrones a todas las personas del colectivo, ya que eso conduce a la creación de los estereotipos que tanto cuesta erradicar. Realizado ese trabajo interior, también toca ponerse manos a la obra con el paisaje exterior, con las amenazas (A) y las oportunidades (O). Si no sabes dónde te metes posiblemente te lleves más de una sorpresa porque el mundo es el que es, no el que deseamos o exigimos que sea. Pero es que además tampoco sabes qué oportunidades vas a encontrar de mejorar cosas si no estás atento a ellas. La verdad es que esto es un trabajazo importante que no se completa en un rato de lectura. Es un aprendizaje para toda la vida. Tanto de uno mismo como del colectivo. Por ese motivo, articular un discurso basado en el drama puede conducir a muchas adhesiones de dentro del colectivo, pero desde luego fuera producirá el efecto contrario. ¿Tiene una persona con AACC más dificultad para integrarse en la sociedad que una persona ciega, coja, con algún tipo de discapacidad o dificultad extrema? La sociedad en general no va a “comprar” ese discurso en la vida. Ni va a comprender mejor las dificultades intrínsecas de “ser superdotado” en una sociedad o en un sistema educativo pensado para la normalidad. Es que lo único que vas a encontrar con ese discurso, además falaz porque deja fuera muchas otras posibilidades, es un rechazo frontal o una incomprensión por esa insistencia en hablar solo de problemas o de maldiciones. No es asumible ese discurso, pero por desgracia es probablemente el que más se ve o lee en la actualidad. Muy pocas personas pasan de la visión-problema a la visión-reto. Y claro, en un contexto solo de problemas, siempre hay gente dispuesta a darte soluciones fáciles. Te expones a ser presa fácil de los aprovechados de turno, que en este colectivo también los hay. No todos son almas caritativas que desean ayudarte. Todo esto, además de lo que comentas de la sobresaturación de información sobre lo que denomino como adherencias: alta sensibilidad, sobreexcitabilidades, empatía extrema, superioridad moral, etc. Se le ha terminado dando tanta importancia a esto en detrimento de lo único inherente, la capacidad intelectual, que se llegan a leer auténticas barbaridades como “yo soy AACC, aunque suspendí todos los tests de inteligencia”. ¿Esto cómo se come? ¿Cómo piensas que se puede luchar contra esta corriente que se desvía claramente de lo nuclear para sumergirse en las aguas de lo emocional, donde es fácil lograr adhesiones inquebrantables?

PM.- Sé que es complejo, no es sencillo desvincularse cuando eres parte de la realidad que quieres exponer y defender. Y desde dentro abrirse a una visión de conjunto y más estratégica cuesta. Pero claramente un discurso victimista no nos beneficia. Por un lado a nosotros mismos, ni a las familias, ni a la imagen en la que pueden verse reflejados los niños o adolescentes identificados. En lo que compete a la parte reivindicativa, la administración tiene muchos problemas y el nuestro puede parecer uno menor. Por último, a la sociedad le aburre ese discurso y nos separa, no nos integra. Señala todas nuestras diferencias y esa supuesta incomodidad que se ha creado con el sistema. Yo no me considero tan diferente. Hay que dar una medida y relativizar la diferencia. He escuchado más de una vez que las luchas de muchos colectivos se han liderado señalando las diferencias y problemas que afronta. Es posible, pero la pregunta interesante sería ¿estáis seguros de que se han ganado esas batallas? ¿Creéis que ciertos colectivos están integrados o ese discurso y la exigencia de un cambio de 0 a 100 ha traído, en cierta medida, una mayor polarización? Mi opinión es que no deseo estar en lucha y confrontación, quiero que la sociedad abrace la diversidad del colectivo y su valor. Que cale la idea de que no venimos con exigencias sino con intención transformadora. Que no estamos dolidos y culpamos a este sistema que supuestamente nada nos comprende de todas nuestras calamidades. Mi propuesta es que aligeremos el discurso, lo humanicemos y nos acerquemos a una perspectiva más social. Hagamos hincapié en las diferencias que sí nos son comunes, la parte cognitiva, y no ensalcemos nuevos estereotipos construidos sobre una figura de cristal y aura brillante: ven la vida de forma diferente, justos, sensibles, fuerte moral… Porque así nos van a mandar a tomar por saco. Directamente.

JL.- Lo que comentas de la parte reivindicativa de la atención educativa es rigurosamente cierto. La administración educativa prioriza la atención a otro alumnado con NEAE antes que a este. Y lo corroboran también los orientadores, que lo dicen públicamente, sin ningún tipo de retórica que pueda camuflar que, en cuestiones de diversidad, las AACC son el último mono. El eslabón más débil y desconocido de la cadena. Y el que se rompe más fácilmente, así que un discurso que pueda asemejarse a otros colectivos basado en las dificultades, en los problemas, no llega a calar de ningún modo. Si tu estás en un semáforo junto a un joven con piernas fuertes y a una anciana con movilidad reducida, ¿piensas que ambos tienen la misma necesidad o priorizas a quién ayudarías primero? Pues eso ocurre en la realidad de las aulas, por más que el discurso sea “nosotros también tenemos nuestras necesidades”. Sí, las tenemos y hay que pelearlas, pero la cuestión es que la administración va a priorizar a otros antes que a ti, y si apelas a las dificultades con mayor motivo, porque no lo van a entender. Por eso hace años escribí sobre esto en la asociación, intentando cambiar la visión-problema por la visión-reto. Las altas capacidades no son un problema, son un reto educativo y social. Y así sí puedes lograr que alguien te preste atención. Luego está también lo que comentas. Si en los otros colectivos donde la palabra problema es lo primero que se dice no logran sus objetivos -solo hay que leer sus reivindicaciones, similares a las nuestras-, imaginaos en este. Esto solo lo comento a título de reflexión. Pensar en la incidencia que tiene nuestro discurso en personas que no conocen esto de nada y que según lo que le cuentes prestará mayor o menor atención. Obviamente todo esto no significa actuar de modo contrario a la realidad, negándola. No. Nada de eso. Los problemas existen, son reales, y muchas personas los tienen y los sufren. Lo que expresamos aquí es que no es buena idea hablar “solo” de problemas, que hay más cosas en las que podemos apoyarnos para transmitir un conocimiento realista de fenómeno y concitar mayor atención a todo lo que ocurre, sea bueno o malo. No centrarse solo en lo malo, en el drama, en las graves consecuencias de no hacer nada, etc. Ese es el discurso que cuestionamos, básicamente porque es parcial. Así que hablemos de todo, incluyendo también los aspectos más luminosos y que pueden aportar valor social indiscutible si se atiende en condiciones sin caer en los estereotipos positivos llenos de colores. Que todos ganamos con eso. Un discurso equilibrado y realista.


2 respuestas a “Dialogando sobre AACC. Parte II: visibilización y discurso

  1. Si el enfoque fuera respetuoso con los procesos yoicos no habría ningún problema.Cada sujeto es inteligente por naturaleza(respecto a los paradigmas de las Inteligencias Emocional,Práctica y Formal).Después depende del desarrollo y de los talentos de cada individuo y de los entornos.

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