El despiste en las altas capacidades intelectuales

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El despiste en una sociedad acelerada

Todas las personas tenemos despistes o nos distraemos con relativa frecuencia. Vivimos a un ritmo cada día más acelerado y la sucesión de estímulos significativos nos arrastran hacia situaciones que no sabemos controlar. Los instrumentos de comunicación se han convertido en un enemigo del descanso mental. Recibimos constantemente correos electrónicos, whatsapps, mensajes privados, etc…, que parecen esperar o exigir una respuesta inmediata.

– Te he enviado un whatsapp, lo has leído y no me has respondido, ¿pasa algo?
– No pasa nada. Estaba fuera y no pude responder en ese momento.

Esta situación se da hoy día constantemente. No tenemos tiempo de pensar ni siquiera las respuestas. Todo tiene que ser inmediato y, si puede ser, adelantarse incluso al tiempo natural de las cosas: mejor ayer que ahora mismo. Un auténtico sinvivir.

En este contexto, lo normal es que tengamos olvidos. No se trata de falta de interés sino de dificultad para gestionar toda la información significativa que nos llega. Confundimos velocidad con precipitación, lo que conduce a errores o situaciones complicadas de manejar. Insisto, esto nos pasa a todas las personas que vivimos en esta sociedad occidental.

Por otro lado, parece obvio señalar que hay personas con mayor propensión a despistarse o distraerse que la mayoría. Personas con escasa capacidad para concentrarse en algo durante mucho tiempo sin caer en la red de un nuevo estímulo más interesante que gire el foco de su atención, como se ilustra en la viñeta que abre esta entrada. Personas que parecen estar con demasiada frecuencia «en su mundo». Incluso las hay que «su mundo» es extraordinariamente más estimulante que el mundo real que tiene enfrente, lo que las desactiva completamente.

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También hay personas que no pueden concentrarse ni prestar atención por alguna disfunción fisiológica, lo que requiere otro tratamiento y otro enfoque diferente muy alejado del propósito de este texto. Nos ceñiremos a la tendencia natural a distraerse por encima de la media sin que se genere una patología.

Entonces, si el despiste es un patrón que puede darse en todas las personas, ¿por qué hablar de las altas capacidades intelectuales?

Sencillo, porque cuanto mayor sea la actividad mental la probabilidad de distraerse de otros focos tiende a elevarse. No ocurre en todos los casos ni se puede correlacionar AACC con despiste de modo que lo uno cause lo otro. Es decir, que el despiste no es consecuencia de las AACC ni las AACC son consecuencia de nuestra tendencia natural a despistarnos. Se trata simplemente de un patrón que se da con relativa frecuencia y que preocupa especialmente a las familias cuando son sus criaturas (o ellas mismas) las que se despistan en las situaciones cotidianas. Era un tema que se demandaba y por eso le propuse a María Teresa Pérez que creara una entrada.

Experiencias y estrategias para minimizar los despistes en las AACC

Creo que ante determinadas situaciones difíciles de controlar la primera estrategia es tomárselo con humor.

Cristina.- Soy un desastre, no me acuerdo de nada. Por eso si hay algo importante que hacer me hago un asterisco en el dorso de la mano con boli (luego no suelo recordar de que me tenía que acordar). Es tan normal que cuando mi hija era pequeña me dijo que quería hacerse un “tatuaje” como el mío en la mano cuando creciera.

Los despistes de mi hija pequeña son tremendos, su cabeza siempre está en otro sitio yo creo que el rasgo que más la define el despiste y la desorganización.

Lo que nos va salvando es el uso de los móviles, uso el calendario para apuntar todo, eso de que te avise y te mande un correo a la hora que le pongas es fantástico. Mi hija se olvida sobre todo de lo relacionado con el cole , que no le interesa lo más mínimo. Lo de la agenda nunca le ha servido de nada, o no apunta las cosas o si por casualidad las apunta se olvida de mirarla. Nunca nos da los exámenes que hay que firmar, circulares ni autorizaciones de excursiones. Ha sido la única niña que va de uniforme a la fiesta de navidad o a la de carnaval porque no se acuerda de decírmelo. Es imposible encontrar un papel en su mochila, es un caos absoluto, si metes la mano allí igual algo te muerde.

Eva.- Tengo una agenda sin estrenar que no se donde está.  Así que tengo un widget en el teléfono con una lista de tareas, pero si es importante o urgente me cambio los anillos de dedo, así noto que algo es diferente y me acuerdo… O no.

Leticia.- Pues yo me he comprado una agenda… ¿para qué? Pues para nada, porque se me olvida escribir en ella. Bueno… y tampoco la miro

Alicia.- Mi hijo también se está aficionando a los post-it. A veces me hace una pregunta que no sé al acostarse y me dice apuntármelo en un post-it que mañana lo averiguo.

Pilar.- Mi hija pequeña (4 años y medio) dice «mamá no me preguntes por el cole porque cuando salgo por la puerta y vamos al coche ya se me ha olvidado todo».

Teresa.- A mí me pasa a veces que voy en mi mundo tan concentrada pensando en algo que puedo pasar por la calle o donde sea cerca de alguien que conozco y no me doy ni cuenta, a veces deben pensar que soy una antipática. Y me saludan o me hablan y ni enterarme. Me meto tanto en mi mundo que me evado de la realidad. Ya lo hacía de pequeña. Mi madre me llevó al pediatra porque pensaba que era sorda o me pasaba algo. Le comentó “está mirando la tele, jugando o cualquier otra cosa y le llamas o le dices algo y no se entera”, y el médico, después de «verme» le dijo a mi madre “señora, a su hija no le pasa nada, otra cosa es que la ignore o no le quiera hacer caso».

Lorena.- Le pasó a mí hermana con mi sobrino, el médico le dijo «sí, señora, tiene un caso muy grave de otitis testicular, oye lo que le sale de los mismísimos». Y debe ser una enfermedad genética, oye.

José Luis.- El perfil de talento simple maneja información específica y es menos propenso a los despistes pero los del perfil de sobredotación, el «aspersor», tenemos más probabilidades porque manejamos información más diversa lo que nos lleva mentalmente a más lugares, y si te abstraes lo suficiente comienzas a «orbitar», generando una nítida separación entre la conciencia procedimental (el automático) y la conciencia reflexiva. En ese estado de subidón y flujo que denominamos «estar en otro mundo» es fantástico para la creatividad pero para las rutinas es una ruina porque el automático se retroalimenta de pequeños índices y si se cruza alguno que no corresponde al momento y lugar pasa que cuando conduces no vayas a tu destino sino a otro diferente mientras estás dialogando internamente contigo mismo.

Teresa.- Eso pienso, automatizamos tanto para ahorrar recursos cognitivos para otras tantas cosas, que hacemos las cosas y al volver a «la realidad» no estamos seguros de si lo hemos hecho o no ( haber apagado la luz, cerrado la puerta de casa…), o hacemos cosas que no queríamos hacer ( coger otras zapatillas en vez de las que son). Una vez buscaba las llaves de casa y las tenía puestas en la puerta.

Marga.- En mi centro los alumnos me dieron el premio «Buscando a Dory» por mis pérdidas de memoria a corto plazo. Y veo que mi hijo lleva el mismo camino: en 1° de primaria perdió la agenda, en 2° y en 3° el cuadernillo de cálculo. Este año sí que tiene la agenda pero muchos días no apunta la tarea; al preguntarle se acuerda de lo que tenía que hacer, pero a la hora de apuntar la tarea de forma mecánica es otro mundo. Lo de vestirse es una odisea, se pone la camiseta encima del pijama, los calzoncillos con lo de atrás por delante, y podría seguir.

 


EL DESPISTE

Mª Teresa Pérez

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Estar buscando las gafas que llevas puestas, meter al frigorífico el vaso de agua en vez de la caja de leche, ir de una habitación a otra en busca de algo y no recordar qué ibas a buscar o qué ibas a hacer son lapsus, despistes más frecuentes de lo que imaginamos y algo sobre lo que NO tenemos que preocuparnos, a menos que la pérdida de memoria sea importante y vaya en aumento. En ese caso sería recomendable acudir a un médico o especialista para descartar alguna patología.

Estos despistes son en realidad “estrategias” que el cerebro utiliza para:

  • funcionar y tener un mejor rendimiento.
  • “desconectar” y tomarse un respiro del estrés diario.

Los despistes se producen normalmente por un fallo en la llamada memoria prospectiva, que es la capacidad de acordarse no de los recuerdos pasados sino de las intenciones futuras, de algo que debe ser realizado con posterioridad.

  • La memoria prospectiva es un elemento clave a la hora de coordinar y controlar la mayoría de nuestras acciones cotidianas, como preparar la comida, coger las llaves, acudir a una cita o tomar una medicación. Este proceso mental, que nos permite planificar el futuro, se asocia con el funcionamiento neurológico del córtex prefrontal. Por eso una lesión en esa zona del cerebro podría ser la causa de algunas distracciones y graves fallos de memoria.
  • Cuando sufrimos estrés o cansancio mental somos más propensos a tener despistes.
  • Las distracciones pueden ser mensajes de agotamiento emocional y de estrés que nos envía la mente.
  • El cansancio tiene que ver mucho en todo esto. Cuando la mente se encuentra saturada por estrés o sobrecarga de trabajo, empieza a seleccionar lo que más le interesa y olvida otras cosas menos importantes en ese momento.
  • Probablemente muchas distracciones tienen que ver más con la prioridad que damos a los asuntos, que con un problema de memoria. Es como si el depósito que hay en nuestra memoria tuviera una capacidad limitada.

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SITUACIONES MÁS HABITUALES

  • Cambiarle el nombre a alguien
    • Según un estudio realizado por la Universidad de Duke (EEUU) y publicado en “Memory and Cognition”, este lapsus responde a la forma en que el cerebro “archiva” la información para después poder acceder a ella fácilmente.

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  • No recordar qué ibas a hacer
    • Esto se debe al “efecto umbral”, olvidos temporales que reflejan cómo funciona nuestra mente. Determinadas acciones las hacemos de forma automática, pero ante situaciones novedosas, nuestra mente prioriza y establece un orden o una jerarquía para ser más eficaz. Y es en ese momento cuando podemos tener un despiste.
    • Según los expertos, el nivel de atención varía a lo largo del día y en función de la tarea que estemos realizando, esto nos permite centrarnos en tareas más complejas y “desatender” lo que ya hemos automatizado. De este modo, podemos realizar varias cosas a la vez. Sin embargo, esta automatización, puede hacer que nos preguntemos si realmente hemos hecho la “tarea” que llevábamos en mente (apagar la luz, guardar la ropa en el cajón, etc.) y nos lleva a tener que comprobar si así es.

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  • Tener olvidos
    • El cerebro utiliza mecanismos como establecer prioridades para ser más eficiente, estos mecanismos pueden ser el motivo de esos descuidos cotidianos (olvidar recoger la ropa del tendedor, pedir cita médica, etc.).
    • La explicación que nos dan científicos de la Universidad de Toronto (Canadá) sobre este asunto es que nuestro cerebro está programado para olvidar detalles irrelevantes y así tener más espacio para poder almacenar las verdaderamente relevantes. Es decir, para nuestro cerebro es tan importante recordar como olvidar.
    • Según investigadores de la Universidad de Iowa (EEUU), el estrés, la falta de sueño y las exigencias diarias son tres de los motivos que pueden provocar alteraciones de la memoria y favorecer los olvidos.
    • La multitarea también tiene su parte negativa. Los científicos afirman que realizar varias tareas a la vez afecta a la memoria a corto plazo (MCP). Su teoría es que el cerebro necesita pequeñas pausas tras haber realizado una tarea para poder “grabar” cada acción y recuerdo.
  • Lo tengo en la punta de la lengua
    • Sabes lo que quieres decir, pero no hay forma de que te venga a la cabeza ni manera de encontrar la palabra que buscas.
    • Paradójicamente, en psicología este fenómeno también se llama: Punta de la Lengua (PDL).
    • Existen varia teorías de por qué esto sucede al respecto, una de las explicaciones más conocidas explica que las conexiones entre las neuronas se fortalecen con el uso, de este modo las palabras que más solemos utilizar son las más fáciles de recuperar.
    • Este fenómeno se acentúa a medida que envejecemos debido a que las conexiones entre neuronas se van debilitando.
    • Truco para dar con la palabra: los psicólogos recomiendan dejar de presionar al cerebro buscando la palabra y cambiar de tema. Seguramente al cabo de un rato recordarás lo que querías decir.
  • Estar en las nubes
    • En contra de creencias populares, se ha comprobado científicamente que “estar en Babia” no es síntoma de desinterés o pereza. Al contrario, las personas con tendencia a quedarse absortas en sus pensamientos utilizan más su cerebro y por lo tanto, precisan más descansar más a nivel mental.
    • Una investigación publicada en el “Journal of Health Psychology” afirma que el cerebro necesita “momentos de desconexión” para recuperarse.
    • Otra de las conclusiones que se extrae de esta investigación es que quienes tienen un alto cociente intelectual disfrutan pasando el tiempo con sus pensamientos y se entretienen más, a diferencia de otras personas que necesitan hacer otro tipo de actividades para huir del aburrimiento.

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El neuropsicólogo Daniel Schacter, de la Universidad de Harvard, afirma que el despiste es “un lapsus de atención que implica no ser capaz de recordar una información que nunca fue codificada por nuestro cerebro de forma adecuada (si llegó a ser codificada)”. Añade además que el despiste también puede ser esa información que está disponible en la memoria “pero que se puede pasar por alto en el momento en el que la necesitamos”.

Este neuropsicólogo afirma que el tener una buenísima memoria no implica el no despistarse. De hecho, mucha gente con una gran capacidad de almacenar datos no puede recordar en un momento dado cosas mundanas como dónde ha guardado las llaves.

Schacter identifica la distractibilidad como un momento de desconexión entre la atención y la memoria debido a un tercer factor, como puede ser el estrés, la multitarea o tener un asunto tan importante en la cabeza que, sencillamente no hay espacio para nada más (un perfil, este último, en el que encaja muy bien la figura del “sabio despistado”).

ESTRATEGIAS PARA EVITAR DESPISTES

Schacter recomienda ante todo tener un cerebro descansado y alerta. No obstante, podemos ayudarnos de:

  • Recordatorios visuales. (notas, listas, imágenes…). Según Schacter estas ayudas externas han de cumplir dos criterios para ser eficaces: ser informativas y actuar en el momento en el que se precisa llevar a cabo la acción, por ello cambiarse el reloj de muñeca o ponerse un cordel en el dedo en muchas ocasiones no suele ser efectivo, ya que aunque cumplen el primer criterio (son visibles), no especifican el qué: es fácil olvidarse qué significaban.
  • “Post-its”. Nuestros grandes aliados. Llamativos e informativos, cumplen los dos requisitos de Schacter: se ven y dan una información escrita. Todavía más si se colocan en el punto de ejecución (la nota que pone LLAVES en la puerta, por ejemplo).

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  • Las nuevas tecnologías. En el mercado existen diversidad de aparatos que nos avisan de cosas fáciles de olvidar. Móviles, blackberries e iphones también son herramientas que ayudan a recordar. Siempre y cuando, por supuesto, no olvidemos programarlas.

El despiste es necesario

Daniel Gilbert, investigador del departamento de Psicología de la Universidad de Harvard afirma que las personas pasamos casi la mitad del tiempo despistados; “el 47% del tiempo nuestras mentes están divagando, están en otro mundo, están despistadas”.

Es cierto que los despistes pueden ser motivo de accidentes, pero también es cierto que las personas no pueden estar en un estado de atención continua debido al exceso de gasto energético que supone para el cerebro.

Existe la creencia errónea de que cuando estamos despistados nuestro cerebro no está funcionando como debía, cuando de hecho el cerebro en reposo incrementa su actividad. Sobre este asunto existe un artículo publicado en la reviste Science donde se explica que el gasto energético que el cerebro consume es el mismo cuando está activo que descansando.

Otro mito a desterrar es que se cree que estar despistado es sinónimo de estar “perdido”, cuando lo cierto es que cuando nos abstraemos la mente se vuelve mucho más activa. Es entonces cuando entra en escena “La red neuronal por defecto”. Una red que conecta dos partes del cerebro: el hipocampo (se encarga de la memoria) y la corteza prefrontal (se encarga de planificar, predecir, programar…). Cuando estamos “en blanco” en realidad estamos procesando un sinfín de información, sacando datos biográficos y programando a su vez proyectos futuros.

También es cierto y no debemos descartar que esta “red” funcione mal y que se trata de un desajuste que se deba a varias patologías como esquizofrenia, trastorno bipolar, alzheimer

Un dato curioso es que las personas con mayor inteligencia suelen ser en realidad más despistados. En la mayoría de los casos, son personas que suelen alejarse muy habitualmente de la realidad, están imaginando, creando, resolviendo problemas, gestando nuevos proyectos.

La ansiedad, las preocupaciones del día a día o el estrés hacen que nuestra mente necesite esa “desconexión”, ese respiro para poder continuar; de hecho es el cerebro quien nos obliga a desconectar, ya que no puede mantener un nivel de atención y de presión demasiado elevadas.

Hay personas que utilizan el  “uso social del despiste”, una apariencia que le sirve como excusa para no tener que retener nombres, fechas o compromisos. Un desinterés que disimulan muy bien bajo la justificación de: “soy muy despistado”.

Richards y su compañero, Paul Frankland acaban de publicar un pequeño estudio  en el que aportan pruebas sobre que ser olvidadizos nos hace más listos y nos ayuda a tomar mejores decisiones. Estos investigadores están seguros de que, en realidad, los olvidos son algo así como un mecanismo de seguridad del cerebro para evitar la sobrecarga de información.

Richards explica que: «Es importante que el cerebro se olvide de detalles irrelevantes y en se centre en lo que ayuda a tomar decisiones en el mundo real».

En su trabajo Richards y Frankland encontraron dos razones por las que “recordar demasiado no es bueno”:

  • la primera es que olvidar nos permite adaptarnos mejor a nuevas situaciones sin arrastrar cargas(e información innecesaria) del pasado.
  • La segunda está relacionada con esto y dice que puede ser un proceso que nos ayude a abstraer y generalizar el aprendizajesin tener que atender a la casuística de cada momento pasado (algo que sería un infierno computacional).

Para encontrar si estos mecanismos de olvido podían ayudar a tomar mejores decisiones los investigadores no solo buscaron (y encontraron) señales de debilitamiento ‘deliberado’ de los recuerdos en el cerebro sino que hicieron pruebas ‘induciendo el olvido’ en ratones.

Los resultados del estudio revelaron que ante un laberinto nuevo los ratones a los que habían inducido olvidar otros laberintos encontraban las ubicaciones con mayor rapidez que los ratones de memoria intacta. Habían desaparecido los detalles, pero el aprendizaje seguía ahí, lo que implica que “olvidar los detalles mejora el desempeño”.

La ciencia relaciona el “despiste” con la cantidad de  materia gris en el cerebro

  • Según un estudio que publica la revista Journal of Neuroscience, las personas que apenas consiguen mantener la atención en una sola cosa pueden echarle la culpa a un grupo de neuronas del lóbulo parietal superior, los resultados de este estudio revelan que las personas más distraídas suelen tener un mayor volumen de materia gris en esa región cerebral, algo aparentemente contradictorio, ya que en teoría tener más neuronas debería ayudar a mantener la concentración.
  • Ryota Kanai investigador del University College de Londres y coautor del estudio, asegura que en la era de la sobrecarga de información, «la atención es todo un reto». Para averiguar si hay alguna base anatómica para el «despiste», Kanai estudió el cerebro de 145 sujetos que habían rellenado previamente un cuestionario para calcular su tendencia a la distracción en la vida cotidiana. Los resultados mostraron que había ciertas diferencias cerebrales que estaban relacionadas con la capacidad de mantener la atención. Concretamente, cuanto mayor era el número de neuronas en el lóbulo parietal superior del hemisferio izquierdo de un sujeto, mayor era su tendencia a la distracción.

La sustancia gris, al estar formada principalmente por cuerpos neuronales, no por axones mielinizados, no puede transmitir impulsos nerviosos de forma rápida. Este hecho hace que la sustancia gris se relacione con el procesamiento de información y no con su transmisión. La cantidad de sustancia gris en el sistema nervioso de un ser vivo es a menudo interpretada como una característica proporcional a su inteligencia, aunque esto nunca ha sido demostrado.

La hipótesis que manejan Kanai y sus colegas es que a medida que el cerebro madura se destruyen algunas neuronas y conexiones nerviosas, y ese proceso ayuda al control de la atención. De acuerdo con esta idea, las personas con más materia gris en la corteza cerebral serían también un poco más «infantiles» y, en consecuencia, algo más distraídas.

DATOS CURIOSOS SOBRE LAS PERSONAS DESPISTADAS

1. TDAH

Son muchos los niños que se dispersan  se muestran más despistados en el aula, alumnos que se quedan con la mirada puesta tras lo que hay en la ventana, lo que hace que se les derive al psicólogo. Pero no siempre la personalidad despistada está relacionada con un déficit de atención. Los niños, al igual que los adultos despistados, tienen una excelente capacidad de concentración cuando la tarea lo requiere, obteniendo en ocasiones mejores resultados que las personas menos despistadas, aunque sí es cierto que es posible que el tiempo que puedan dedicar a la tarea de gran atención sea más limitado.

2. A mayor dispersión, mayor inteligencia

Las personas con una inteligencia elevada suelen tener la mente ocupada en gran cantidad de aspectos, de dimensiones, de factores…Divagan e imaginan todo el día sin prestar atención a la realidad inmediata, a lo que tienen en frente.

Un trabajo publicado en la revista “Science Daily”, llevado a cabo en la Universidad de Wisconsin y en el Instituto Max Planck para las Ciencias Políticas, las personas despistadas, a la hora de resolver cualquier tarea por simple que sea, valoran muchas más opciones que las personas más centradas. Para ello, no es fácil llegar a una única conclusión, existen muchas más posibilidades y suelen divagar en ellas de modo instintivo.

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3. Foco de críticas

Las personas despistadas suelen tener que habituarse al hecho de que siempre se les llame la atención. Es habitual que cada día escuchen frases como: “Apúntatelo que seguro que no te acuerdas”, “Cómo siempre estás en las nubes”, “Ya no encuentro las llaves, seguro que las has perdido tú”, “Es que no tienes remedio, siempre vas a tu aire, siempre estás encerrado en tu mundo”…

El mayor problema lo suelen tener los niños. Cuando uno es despistado en el colegio y en casa va a tener que acostumbrarse a que continuamente se le llame la atención o que incluso no se confíe en él para hacer determinado tipo de tareas por si “pierde algo”, por si “se olvida”. Si todo ello llega a ser muy exagerado fomentaremos en el niño una baja autoestima. Algo que puede ser un problema cuando en realidad estamos seguramente ante un niño inteligente que solo necesita algunas estrategias para el día a día.

4. Soy despistado, ¿lo acepto o intento cambiar?

Cambiar no es fácil ni recomendable. Cada uno somos como somos y no tenemos por qué igualarnos a un mismo patrón social para ser fotocopias unos de otros. Los despistados tienen más recursos para resolver tareas que implican tener más de una opción, pueden ser geniales y muy originales en diversas áreas laborales. Pero si esos despistes afectan a sus vidas personales, a sus relaciones afectivas o a ese día a día donde “olvidar apagar el gas de la cocina” es ya un auténtico peligro, será el momento de tomar medida…. y centrarse.

 


REFERENCIAS

https://culturainquieta.com/es/inspiring/item/10315-la-ciencia-relaciona-el-despiste-con-la-cantidad-de-materia-gris-en-el-cerebro.html

https://davidtopi.net/distraccin-y-atencin/

https://educacion.uncomo.com/articulo/las-personas-despistadas-son-mas-inteligentes-descubre-por-que-45219.html

https://educa2.info/2013/12/01/despistes-con-riesgo/

https://lamenteesmaravillosa.com/el-despiste-a-veces-es-necesario/

https://www.sabervivirtv.com/neurologia/memoria-cinco-despistes-son-normales_1051

https://saludmentalcomofuncionanuestramente.blogspot.com/p/la-distraccion.html?m=1&fbclid=IwAR0jcfZZ2aBwZ37urAVCbuR0Dr-9Ntl9iBUWRqWeq1tVwIqEtyhzowkVH_Y

https://supercurioso.com/4-curiosos-aspectos-de-las-personas-despistadas/

https://vitanud.com/porque-despistes-distracciones-descuidos/

https://www.xataka.com/medicina-y-salud/ser-olvidadizos-nos-hace-mas-listos-y-nos-ayuda-a-tomar-mejores-decisiones?utm_source=facebook&utm_medium=social&utm_campaign=botoneraweb&fbclid=IwAR3zyjYtNZR9oQPzDENJqM1lxUShBwtsFtcFLYZOogsfggNq8qnrCTdPtpU

https://www.xing.com/communities/posts/que-pueden-estar-avisando-los-despistes-frecuentes-1005159438


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